La semana pasada tuvimos ocasión de hacer una ruta de senderismo en la que además de caminar, que es un magnífico ejercicio, disfrutamos del paisaje extremeño y de unas fantásticas joyas arquitectónicas que son los dólmenes.
Tienen unos cuatro mil años y los puedes encontrar en las dehesas , rehabilitados algunos, muy bien conservados, perfectamente señalizados y con sus paneles informativos. Todos ellos rodeados de encinas, alcornoques y algunos castaños.
Estamos en la dehesa que rodea Valencia de Alcántara, los alcornoques son majestuosos y las encinas impresionantes. ¡Qué pena que mis fotos no les hagan justicia!
En algunas zonas la dehesa se mezcla con el berrocal y podemos contemplar multitud de rocas, entre las que viven, como un milagro los árboles.
Los casi quince kilómetros de la ruta se nos hicieron cortos contemplando monumentos arquitectónicos tan espectaculares y únicos.
Y para terminar la ruta estas quitameriendas o" merendera filifolia", que aparecían en el camino, sin nada verde alrededor. Son casi inapreciables. He buscado información sobre ellas y es un bulbo que florece en otoño, cuando caen las primeras lluvias. Después de la flor aparecen las hojas y después las semillas. Encontrarlas así, en medio de la tierra llena de pasto seco, me llenó de curiosidad.
Preciosas las fotos, Antonia.
ResponderEliminarNosotros tuvimos un percance con la cámara y conservamos algunas fotos del lugar, gracias a las que hicieron los amigos. Tu publicación me ha hecho recordar lo bonito que es el paisaje y el valor de los dólmenes. El de "Los mellizos " lo vimos casi de noche, tenía su encanto.
Todos los dólmenes de esta ruta son impresionantes, pero el que se lleva la palma es el de Lácara, con el que la iniciamos. Afortunadamente los extremeños somos cada vez más conscientes de la riqueza natural y arquitectónica de nuestra tierra. Gracias por tu comentario.
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