Cuando llega el final de septiembre empiezo a recoger los bulbos de gladiolos y los dejo secar en algún rincón soleado. Cada año están más grandes, aunque del último verano sólo sobrevivieron los de color rosa.
Los pequeños, los siembro en una maceta aparte. Van engordando y en varias temporadas florecerán.
En noviembre, empiezo a preparar la tierra para los tulipanes y los narcisos. Este año he preparado dos baños antiguos en desuso para sembrarlos. Les hicimos unos agujeros y pusimos grava y una capa finita de tierra del huerto, para que al regar filtre bien el agua.
Después rellenamos con tierra de jardín y planteo donde irán los bulbos. Luego solo queda hacer los agujeros, meterlos y regar.
En este más pequeño van los narcisos.
En el último cantero que preparé sembré los sparaxis. A ver como resultan todos.
Al poco tiempo empiezan a asomar, pero hacen mucho frío para ellos.
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