Cuando llegan estas fechas el fresal empieza a revivir y es el momento de entresacar las plantas.
Hace dos años que las cambié a este lugar. El primer año no hubo mucha cosecha y las fresas eran muy pequeñitas. Pero ya el año pasado las producción fue muy buena, en cantidad y en calidad.
Así, todas apiñadas y rodeadas de las hojas y estolones secos por el frío, el fresal parece no tener fin. Sobran muchas plantas, pues ahijan con facilidad. También cuesta poco quitarlas pues todavía no tienen muchas raíces.
Y tres horas más tarde:
Una vez arrancadas las plantas sobrantes, echo un poquito de abono y empiezo el riego. Duele un poco la espalda y las piernas de tirar del rastrillo y el azadón. Pero merece la pena. Cuando empiece la producción serán las estrellas del huerto.
En el huerto y en el jardín todo esfuerzo tiene su recompensa.
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