Como os contaba en mi última entrada de como preparé las patatas para la siembra, las pobres estaban locas por estar en tierra. Las yemas crecían día a día y aunque ya tenían cicatrizados los cortes no podíamos sembrarlas por la cantidad de agua que estaba cayendo.
Por fin salió el sol y empezamos a preparar la tierra. Un par de pasadas con la moto-azada después de quitar las ortigas. Es una hierba muy resistente y en el huerto no queda más remedio que quitarla a mano o con el rastrillo. Añadimos abono orgánico, no en mucha abundancia porque es de gallina y es muy fuerte. Otra pasada para incorporarlo a la tierra y a los dos días, patatas recadadas, recogidas en su sitio.
Primero las blancas, que, como es natural, estaban más avanzadas. Germinan antes, maduran antes y se recogen antes que las rojas.
Después continuamos con las rojas. Los líneos no están muy derechos pero hay que tener en cuenta que los hacemos a mano, sólo con la azada y con una cuerda como guía.
Nueve líneos en total, entre blancas y rojas, separados unos 75 centímetros entre sí y las patatas a 20 centímetros unas de otras. Así han quedado, como decimos en nuestra tierra, "recadás".
Y para despedirme de vosotros una imagen del cielo en esos días en que la lluvia no nos dejaba sembrar las patatas. Gracias por leerme. Os deseo una fantástica y primaveral semana.
Toda una lección para aprender la siembra de patatas. Has tenido un buen maestro. Saludos
ResponderEliminarGracias por tu comentario, Valentín. Se aceptan consejos y recomendaciones, que tú de esto sabes más que yo. También tú tuviste un magnífico maestro. Besos para ti y para Placi.
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