Preciosas gotas de lluvia sobre las hojas de los repollos. Mis dedos tampoco se quieren perder la fiesta. Llueve y el paisaje es triste pero todos estamos muy contentos, el jardín, el huerto y yo misma.
Las margaritas, con tan poco sol no quieren abrir del todo, sin embargo los claveles, a pesar del frío siguen erre que erre floreciendo.
La poinciana, a punto de dejar caer sus hojas recibe el agua con alegría y la sostiene entre ellas con delicadeza.
El verde de todas las plantas varía con la luz de un día de lluvia, será su manera de alegrarse una vez han recibido este agua tan esperada.
En el huerto los frutales de hoja caduca ya están amarilleando.
Las rosas que aún resisten también quieren probar este agua salvadora. La glicinia nos va diciendo "hasta la primavera" con el color de sus hojas.
Y las aceitunas, a punto de ser cosechadas, también están contentas.
Buena semana y muchísimas gracias por vuestra lectura. Un beso a todos.
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