El punto de partida de este centro de crasas es este pequeño cajón de madera, hecho a conciencia por algún buen carpintero (fijaos en los clavos de los extremos) hace seguramente mucho tiempo. Lo encontré olvidado en un rincón a punto de ir a parar a la basura y decidí que tenía que reutilizarlo y se me ocurrió hacer un contenedor para plantas.
Primero lo "malpinté" con pintura a la tiza que me había sobrado de otros trabajos. Una sola capa y antes de que secara lo refregué con un estropajo para que se vieran algunas vetas de la madera y envejecerlo.
Busqué restos de plástico que utilicé para blanquear cardos, recorté a medida y grapé. La idea es que cuando riegue las plantas el agua sobrante no estropee la madera del contenedor.
Una vez colocado alojé las crasas que había comprado con toda idea. Son pequeñitas, necesitan poco riego y me imagino que tardarán bastante en pedir una maceta mayor.
No sé sus nombres, pero he pensado que alternar colores y formas puede quedar bien.
Espero que os haya gustado la entrada. Saludos y buena semana. Gracias por leerme.
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